La próstata es la glándula que fabrica el líquido seminal que a su vez vehicula a los espermatozoides fabricados en el testículo, formando el semen.

Como cualquiera otra glándula puede ser asiento de enfermedades distintas lo que supone una sintomatología diversa y una importancia igualmente diversa. Entre la gente joven son más frecuentes los procesos inflamatorios (prostatitis) y en la gente mayor las hiperplasias (aumento de tamaño), que a su vez pueden ser benignas (HBP) o malignas (cáncer de próstata).

La HBP es benigna y la sintomatología que origina está en relación con la obstrucción a la salida de orina de la vejiga. Su tratamiento puede ser con medicinas y si estas no consiguen los efectos deseables con cirugía. Una próstata “grande” que no origine problemas no debe ser tratada.

El cáncer de próstata es una enfermedad frecuente entre los varones de más de 65 años y es una enfermedad de agresividad diversa, de forma tal que hay cánceres de próstata “indolentes”, que no atentan contra la vida del paciente y otros son de gran agresividad y que sólo van a curarse si se trata con cirugía o radioterapia. El cáncer de próstata puede detectarse en estadíos diversos de evolución y la sintomatología es muy variada. Por otro lado, origina repercusiones psicológicas por su simple existencia y por la secuelas pasajeras o definitivas de su tratamiento. Cada vez está más extendida la idea de que la palabra cáncer no se asocia obligadamente con muerte.

La palabra cáncer viene de cangrejo, que puede “extender sus patas” incluso a distancia del tumor inicial y sólo es curable en el caso de la próstata, si no se ha extendido, lo que llamamos “órgano confinado” o “confinado al órgano”, ya que hasta ese momento es curable. Si se detecta ya extendido no es curable, pero si tratable para conseguir mayor supervivencia y calidad de vida.

El diagnóstico pues debe ser precoz, sin que ello suponga extremar su búsqueda en todos los casos. En nuestro medio una edad razonable para iniciar su búsqueda son los 50 años, pero como existe un componente hereditario, en los pacientes con antecedentes familiares directos con cáncer de próstata a los 45 años.

La prueba definitiva de la existencia de cáncer es una biopsia positiva y la biopsia puede ser negativa y haber cáncer ya que lo que se analiza es lo que se extrae y puede no haberse obtenido la muestra de lugar adecuado.

Por otro lado, la biopsia es una técnica invasiva, aunque de escaso riesgo y para evitar biopsias negativas hay que seleccionar a los pacientes a los que se realiza. El marcador PSA se va a elevar en general, cuando hay cáncer y el marcador genético de PCA3 en orina, nos orienta hacia los pacientes con riesgo y con ello la probabilidad de que tenga tumor.

Desde Centro Urológico San Ignacio le ofrecemos nuestros servicios para preservar su salud y ayudarle a detectar y tratar cualquier patología que de este órgano pudiera sufrir. No lo dude, póngase en contacto con nosotros y le ayudaremos.

Published On: 18 de enero de 2024By Categories: Artículos interés, CUSITags: , ,

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