El tratamiento de la hipertrofia prostática benigna, ha evolucionado a lo largo del tiempo. Cronológicamente se puede resumir:

  1. Cirugía abierta. Extirpación del adenoma, ya sea a través de la vejiga o a través de la cápsula prostática. Esta cirugía precisa de una estancia más prolongada y es la más “invasiva”. Sigue siendo una opción válida en próstatas muy voluminosas (mayores de 150-200cc), que por otra parte son excepcionales.
  2. Cirugía transuretral. Se lleva a cabo a través de la uretra y es necesario de un instrumento específico, que es el resector. No toda la cirugía que se hace a través de la uretra es igual.

Ha habido muchas mejoras técnicas tanto en el propio resector como en la energía utilizada de forma que, combinando ambos factores (resector y tipo de energía) se pueden conseguir procedimientos diferentes, aunque todos ellos tratan de eliminar el exceso de tejido prostático, pero de diferente manera.

Estas formas son básicamente tres:

  • Ir cortando con un asa en forma de media circunferencia el tejido prostático, lo que se denomina RESECAR, y por ello la técnica es la resección transuretral. Este procedimiento se hacía en un principio (año de 1945) con corriente eléctrica monopolar y más recientemente con corriente bipolar, que permite el uso de suero salino como medio de irrigación, lo que ha supuesto evitar muchos problemas durante el acto operatorio.
  • Ir haciendo desaparecer el tejido prostático al aplicar una energía que lo “vaporiza” al ponerse en contacto con él; esta técnica es la vaporización prostática. La energía empleada puede ser luminosa como los distintos láseres empleados (verde, rojo, mutidiodo, etc.) lo que se conoce como vaporización por láser.

Otra forma de energía que también produce vaporización es la corriente eléctrica, lo que se conoce como vaporización plasmaquinética.

  • La otra forma de eliminar el tejido prostático es ir separando el adenoma del tejido que lo rodea, ya que existe un plano de separación entre ambos y es lo que se hace en la cirugía abierta; esta técnica se llama enucleación prostática. Puede hacerse tanto con láser como con Vaporización plasmaquinética. Es más compleja y requiere una mayor pericia. A su favor está el poder tratar próstatas de todos los tamaños con resultados equiparables a la cirugía abierta, pero sin sus inconvenientes.

Resumiendo, las posibilidades actuales de tratamiento serían:

  • Adenomectomía abierta: la más agresiva, precisa de mayor estancia y más días de sonda; mantiene su indicación en próstatas muy grandes.
  • Resección transuretral: las más extendida en su empleo; eficaz en próstatas pequeñas y medianas.
  • Vaporización prostática, ya sea por láser o por energía plasmaquinética: Es la más novedosa, mejor control de la hemostasia, de forma que puede realizarse en pacientes con trastornos de coagulación, menos tiempo de sonda, buen rendimiento en próstatas pequeñas y medianas. Como dato a tener en cuenta es el alto coste de la energía láser.
  • Enucleación prostática, la técnica menos difundida quizás por su mayor dificultad. Puede tratar próstatas de mayor tamaño y con resultados similares a la cirugía abierta sin sus inconvenientes. Buen control de la hemostasia, menos días de sonda. El empleo de la vaporización plasmaquinética para llevar a cabo la enucleación ha supuesto una simplificación del procedimiento, así como reducción de su costo, lo que contribuirá a su mayor difusión.

Todas ellas son eficaces si la indicación es la adecuada y ello va a depender de las características del paciente, del tamaño de la próstata y la preferencia del urólogo.

El Centro Urológico San Ignacio de Sevilla, ofrece todas estas posibilidades y es pionero en la técnica de enucleación prostática con energía plasmaquinética. No lo dude, póngase en contacto con nosotros y le ayudaremos.

Published On: 12 de enero de 2024By Categories: Artículos interés, CUSITags: , , ,

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